Entre la crispación y la renovación: Los retos de la política española en 2025

La política española se adentra en 2025 en un escenario de alta tensión, heredando un clima de extrema crispación que marcó el cierre de 2024. Debemos recordar que el año anterior concluyó con una atmósfera política enrarecida, caracterizada por una profunda división y un bloqueo institucional que amenaza con perpetuarse. La compleja aritmética parlamentaria surgida de las elecciones del 23-J, que dio lugar a un gobierno de izquierdas en un Congreso fragmentado, ha transformado el debate político en un lodazal donde el ruido y la desinformación obstaculizan el entendimiento y aquellos acuerdos transversales.

En este contexto, 2025 se perfila como un año crucial, marcado por desafíos significativos para los principales partidos y una creciente polarización. El panorama político se ve agravado por la frágil mayoría parlamentaria del gobierno, que ha sufrido 75 derrotas en el Congreso, augurando un escenario de inestabilidad y el fantasma que recorre el Congreso de unas posibles elecciones anticipadas. Además, los casos de presunta corrupción que afectan a figuras cercanas al Ejecutivo, como el «caso Koldo», añaden presión y erosionan la credibilidad del gobierno.

 

Polarización: El gran desafío

 

La sociedad española se encuentra profundamente polarizada, con un incremento del 30,6% en los niveles de polarización afectiva entre 2021 y 2024. Sin embargo, esta división coexiste con un creciente hartazgo ciudadano ante el desgaste político provocado por los constantes enfrentamientos entre los principales partidos. Los ataques mutuos y las controversias han erosionado la confianza pública, generando una significativa desafección hacia las instituciones y los partidos políticos.

 

Esta crisis de confianza se ve exacerbada por los escándalos que afectan a figuras cercanas al poder. Por un lado, las investigaciones sobre presuntas irregularidades que involucran a Begoña Gómez, esposa del presidente Pedro Sánchez, han añadido tensión al panorama político. Por otro, el caso del novio de Isabel Díaz Ayuso, Alberto González Amador, investigado por presuntos delitos de fraude fiscal y falsedad documental relacionados con comisiones obtenidas durante la pandemia, ha intensificado el debate público.

 

Estos casos han contribuido a una creciente desconfianza ciudadana. Según el Edelman Trust Barometer, solo cuatro de cada diez españoles confían en que las instituciones hagan lo correcto, con una media de confianza del 44%. Esta desafección se refleja especialmente entre los jóvenes, donde el 80% no se siente escuchado por los políticos. La percepción de que el sistema político no permite una participación significativa en la toma de decisiones ha creado un caldo de cultivo propicio para el surgimiento de movimientos extremistas y el cuestionamiento de derechos conquistados.

 

Estrategias partidistas en un clima tenso

 
Partido Popular (PP)

 

El PP, liderado por Alberto Núñez Feijóo, se enfrenta al desafío de presentar una alternativa de gobierno creíble. La estrategia hasta ahora se ha centrado en capitalizar los escándalos de corrupción que afectan al gobierno, como el «caso Koldo» y las controversias que rodean a la esposa del Presidente. Sin embargo, el partido deberá ir más allá de la mera crítica y proponer soluciones concretas para ganarse la confianza de su electorado.

 
VOX

 

La formación de extrema derecha continuará con su «oposición total» al gobierno de Sánchez. Su estrategia se centrará en aumentar la crispación en temas como la inmigración, buscando capitalizar el descontento y la polarización social.

 
PSOE y Gobierno de coalición

 

El gobierno de Pedro Sánchez se enfrenta a múltiples frentes. Deberá mantener el delicado equilibrio de su coalición mientras que busca llegar acuerdos que le permitan negociar con los otros grupos parlamentarios los presupuestos de 2025. 

 

Si hay algo que está demostrado, es que Pedro Sánchez, además de ser un superviviente nato, también ha demostrado que hay nuevas formas de gobernar. Así que estoy convencido de que está en marcha planes alternativos. No supondrá el final de la legislatura.

 

Retos transversales

 
Crisis de la vivienda

 

La crisis de la vivienda se agravará en 2025, convirtiéndose en un tema central del debate político. Los precios de compra y alquiler seguirán aumentando debido a una fuerte demanda y una oferta limitada. Esta situación generará tensiones entre y dentro de los partidos políticos, que deberán proponer soluciones efectivas para abordar la escasez de viviendas.

 
Financiación autonómica

 

En Cataluña, la cuestión de la financiación singular cobrará protagonismo en 2025. Este tema tendrá implicaciones significativas para la estabilidad del gobierno central y las relaciones territoriales. Los partidos independentistas catalanes presionarán por un modelo de financiación más favorable, lo que podría generar fricciones con otras comunidades autónomas y complicar las negociaciones presupuestarias a nivel nacional.

 
Desinformación y manipulación mediática

 

El auge de la desinformación, potenciado por el uso de la inteligencia artificial, representará una amenaza creciente para todos los partidos políticos en 2025. Este fenómeno no solo socavará la confianza en las instituciones, sino que también contribuirá a la desafección política generalizada. Los partidos deberán enfrentarse al desafío de combatir la desinformación mientras mantienen la confianza del electorado.

 

El 2025 se presenta como un año crucial para la política española. La capacidad de los partidos para navegar estos desafíos, desde la polarización hasta la crisis de la vivienda y la lucha contra la desinformación, determinará en gran medida el futuro político del país. La sociedad española observa con atención, demandando soluciones efectivas y una política más constructiva en medio de un clima de creciente desconfianza.

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