En la recta final de la campaña presidencial estadounidense de 2024, tanto Kamala Harris como Donald Trump han desplegado sus respectivos ejércitos de celebridades en un intento por captar la atención del electorado y movilizar a sus bases. Este fenómeno, lejos de ser nuevo, ha alcanzado niveles sin precedentes en términos de alcance y diversidad de perfiles.
El Contraste en los Apoyos de famosos y celebridades Harris-Trump
Kamala Harris ha logrado reunir un impresionante elenco de estrellas de primer nivel, incluyendo a Taylor Swift, Beyoncé, Jennifer Lopez, y figuras del cine como George Clooney y Julia Roberts. Este despliegue de poder estelar contrasta marcadamente con el enfoque más tradicional de Trump, que cuenta con el respaldo de figuras como Kid Rock, Elon Musk y exdeportistas como Hulk Hogan.
La diferencia en el calibre y cantidad de celebridades que apoyan a cada candidato refleja una división cultural más amplia en los Estados Unidos. Mientras que Harris parece dominar en el ámbito del entretenimiento mainstream y la cultura pop, Trump mantiene una base sólida en ciertos nichos culturales y entre figuras más controvertidas.
Impacto en la Movilización y el Registro de Votantes
El respaldo de celebridades puede tener un impacto significativo en la movilización de votantes, especialmente entre los más jóvenes. Un estudio de la Harvard Kennedy School sugiere que las celebridades pueden aumentar el registro de votantes y la participación como trabajadores electorales, particularmente entre los votantes más jóvenes que pueden sentirse desencantados con las figuras políticas tradicionales.
Un ejemplo notable es el efecto Taylor Swift. Tras su endorsement a Harris, 406,000 personas accedieron a Vote.gov a través del enlace compartido por la cantante. Aunque no está claro cuántos de estos clics se tradujeron en registros efectivos, el potencial de movilización es evidente.
Según un estudio del Institute for Democracy & Higher Education, los jóvenes son más propensos a involucrarse en el proceso electoral cuando sienten una conexión personal con los candidatos o temas, algo que las celebridades pueden facilitar.
Apoyo de famosos si o no
Sin embargo, el apoyo de celebridades es un arma de doble filo. Por un lado, puede generar entusiasmo y atraer atención mediática. Por otro, corre el riesgo de reforzar la narrativa republicana de que los demócratas representan los intereses de las élites costeras.
Además, la saturación de apoyos de famosos y celebridades puede crear una percepción de desesperación, tanto por parte de la campaña como de las propias celebridades, especialmente en una elección que no ha profundizado suficientemente en discusiones sustanciales de políticas.
Los respaldos pueden traducirse en apoyo financiero tangible. Por ejemplo, la campaña de Kamala Harris recaudó 47 millones de dólares en 24 horas tras un debate, posiblemente influenciado por el apoyo de celebridades.
Eficacia Real vs. Percepción
A pesar del despliegue de estrellas, es crucial recordar que los “celebrity endorsements” no necesariamente se traducen en votos. Según una encuesta de YouGov, solo el 11% de los estadounidenses dice que una celebridad les ha hecho reconsiderar su postura sobre un tema político, y solo el 7% ha apoyado a un candidato político debido al respaldo de una celebridad.
Los respaldos de celebridades también pueden tener un efecto polarizador, reforzando las divisiones existentes y potencialmente alienando a algunos votantes.
Reflexión final
En última instancia, mientras que los “celebrity endorsements” pueden generar titulares y aumentar la visibilidad, su impacto real en los resultados electorales sigue siendo cuestionable. En una elección que podría decidirse por márgenes estrechos en unos pocos condados clave, cada voto cuenta. Sin embargo, es poco probable que los votantes indecisos cambien su voto basándose únicamente en el respaldo de una celebridad.
Las campañas harían bien en equilibrar el uso de respaldos con un enfoque sustancial en políticas y propuestas concretas. Al final, la decisión de los votantes probablemente se basará más en los temas que afectan directamente sus vidas que en quién cantó en el último mitin de campaña.
En el caso de la carrera Harris-Trump de las últimas semanas, la polarización puede ser determinante, y mucho más después de los comentarios y discursos durante un mitin en Nueva York donde el humorista Tony Hinchcliffe llamó a Puerto Rico «isla flotante de basura», desatando la ira de los votantes, especialmente el voto latino, con acusaciones de racismo.
Justamente or estos comentarios, Bad Bunny, Ricky Martin, Luis Fonsi y Don Omar salieron en defensa de su tierra natal y mostraron apoyo a la candidata demócrata, Kamala Harris.
Todo se juega en Pensilvania.
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