La combinación de detenciones arbitrarias y discursos incendiarios pone de manifiesto la precariedad de la situación política en Venezuela. A medida que se acercan las elecciones del 28 de julio, la comunidad internacional y los organismos de derechos humanos están cada vez más atentos a estas violaciones, exigiendo un proceso electoral libre y justo. Sin embargo, la realidad en el terreno sugiere que la lucha por la democracia en Venezuela está lejos de ser resuelta, y que las tácticas represivas del gobierno seguirán siendo un obstáculo significativo para el cambio político.
¿Qué está en juego?
Las elecciones del 28 de julio en Venezuela son cruciales para definir el rumbo del país. Con más de 20 años de revolución bolivariana, la participación y los resultados podrían tener un impacto significativo en la estabilidad política y social.
Las claves de las elecciones en Venezuela:
Deterioro del chavismo
El chavismo ha sufrido un notable deterioro en los últimos años, marcado por una crisis económica profunda, escasez de servicios básicos y una alta inflación. La pérdida de apoyo popular y las divisiones internas han debilitado su control sobre el país, creando el terreno más fértil para la oposición en años.
Una muestra del deterioro es justamente un video de un joven venezolano que se infiltra en el mitin del chavismo, donde se observa la falta de convocatoria en el Estado Anzoátegui, que eran históricamente de mayoría chavista.
Unidad de la Oposición y Pragmatismo
Una sorpresa es la unidad entre diversas facciones de la oposición, con la figura de María Corina Machado como líder y su apoyo a Edmundo González tras su inhabilitación. Esta estrategia pragmática podría ser la clave para desafiar al chavismo y conseguir la victoria.
La diáspora
Según ACNUR, más de 7,7 millones de venezolanos han emigrado en la última década, creando una diáspora significativa en América Latina y otras regiones. Este fenómeno ha moldeado la dinámica política y social, con un gran número de expatriados que influencian las decisiones políticas y económicas del país desde el exterior.
Para este 28 de julio la diáspora venezolana está organizando concentraciones en todo el mundo, así como se están movilizando, algunos de acuerdo a los testimonios que se están difundiendo en las redes sociales, han regresado al país para votar, otros defenderán el voto en los centros de votación designados en el exterior, e igualmente apoyarán para que familiares y amigos en Venezuela voten.
¿Quién puede votar?
Más de 21 millones de venezolanos están inscritos para votar en las próximas elecciones. Sin embargo, la crisis económica ha obligado a muchos a emigrar, lo que podría reducir significativamente el número de votantes efectivos.
En Venezuela, la votación no es obligatoria y se realiza a través de máquinas electrónicas. Aunque la legislación permite el voto de los ciudadanos en el extranjero, sólo unos 69.000 han cumplido los requisitos para votar en embajadas o consulados, como parte de las trabas del régimen a los venezolanos en el exterior.
Observadores Internacionales
La presencia de observadores internacionales será crucial para garantizar la transparencia del proceso electoral. Organismos como la ONU y la OEA están desplegando equipos para vigilar el proceso y asegurar que se respete la voluntad del pueblo venezolano. ¿Cómo influirá su presencia en la credibilidad de las elecciones?
Aunque se anunció que más de 635 observadores internacionales visitarán Venezuela para presenciar el proceso, el Consejo Nacional Electoral (CNE) venezolano revocó la invitación a los observadores electorales de la Unión Europea, debido a la ratificación de las sanciones personales e individuales a miembros del Gobierno.
El día de la votación promete ser intenso. Todos sabemos que la participación y la movilización serán clave, el ventajismo del oficialismo es notorio, y los datos confirman que no hay manera de que el chavismo gane de manera limpia estas elecciones, ya que todas las encuestas apuntan al fin del chavismo, con datos de hasta 26 puntos por encima.
Este escenario, sin duda inédito en años, hace que las expectativas sean muy altas, pero también lo son los desafíos: desde la economía y la crisis humanitaria hasta la seguridad y la confianza en el sistema electoral.
Por ello, todo este proceso debe estar acompañado de la comunidad internacional, y debe ya haberse iniciado un acercamiento para la transición en Venezuela.
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